jueves, 5 de marzo de 2020

Hay cosas que me gustaría cambiar, como esas decisiones marchitas que no llevamos a cabo, o el sonido de fondo que olvidé ante el primer silencio. 
Aquellas luces me cegaban, pero de noche todo lo que brilla llama la atención. Y me detuve a verlas, a llenar un pedacito de soledad con su luz, pero se volvía más tenue, así como tu recuerdo. 
Y seguí caminando, aferrada de tu mano, quizás no se sentía como antes, pero era todo lo que me quedaba. Aferrarme a un recuerdo inconsciente e intermitente, y luego dejé de sentir, de sentirte. 
Sabía que nunca estabas a mi lado, pero esa noche se sentía tan real... te sentía como antes y no quería despedirme, no de nuevo. Aunque creo que la primera no fue una despedida, porque te fuiste sin decir una palabra. Sé que tampoco era tu intención, y aún te busco en tantas partes, pero ni las calles de Londres te trajeron de vuelta. 
Y hoy solo me queda tu recuerdo en esta foto, que aunque no estabas, esas luces alumbraban parecido a ti, un poco inconsistente, pero nuevamente, sin final.

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