domingo, 7 de junio de 2015

Jamás había visto en la vida, ojos más bonitos.
Eran normales, un poco cotidianos, pero a la vez inquietantes.
Oscuros, claros, una mezcla de mucho y colores dispersos.
No había café en ellos, pero de todas formas me desvelaron.
No había negro, como la noche sin estrellas, 
porque te aseguro, que eran la galaxia completa.
No había azul tampoco, porque compararlos con el cielo sería poco.
Te podría decir que eran transparentes, pero no estoy segura.
También podría decir que eran incluso mejor que el sol, 
y sin duda, mucho más brillantes que la luna.
Eran más puros que palabras de niños, 
tan cercanos que te agobias, tan cálidos como días de verano.
Eran más que el sol y el viento, que la brisa y el océano.
Eran tus ojos... y mi vida en ellos.

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