jueves, 8 de enero de 2015

Que tengas una buena vida.
Me desligo de tus días, me olvido de tu sonrisa y deshecho tus palabras,
todas lejos de mi.

Que hoy renuncio a ti, y a todo lo que teníamos, 
a lo mágico que pudo haber sido, a los momentos, a las risas, a todo.

Renuncio a ti, a nuestras conversaciones, a nuestros bailes sin música,
a esas canciones que hoy con lágrimas, canto sola.
Renuncio a pensar que lo eras todo, porque eso me limitaba a no pensar en mi.
A dejarme en segundo plano, a vivir a través de ti.
Y ese fue mi error, porque ahora que no estás, siento que no tengo nada,
que no me queda nada.
Ni momentos buenos para recordar, que todos fueron contigo,
ni canciones por escuchar, que todas me recuerdan a ti,
ni brazos que quiera abrazar, que si no son los tuyos, no me importan.

Así que por favor déjame olvidarte, déjame dejarte atrás,
ya no vuelvas.

Que todo se sentía tan bien, pero estaba tan mal.

Y ahora, te quiero y te quiero olvidar, 
te lo prometo, me lo prometo,
pero parece que la primera parte es egoísta y no le deja lugar al olvido
Así que aquí estoy, deseándote una buena vida.
Soltando el pasado, para tener las manos libres para alguien más.

Alguien más que no seas tú, que no sea tu recuerdo, 
ni que tenga que ver contigo.
No te quiero a ti, ni a tu limitado tiempo, ni a tus excusas, ni a tus engaños.
No me quiero a mi, ni como era a tu lado.
No nos quiero juntos. 

Que si hoy estoy aquí, tragándome mi orgullo 
para decirte que te quise como a nadie, es para al fin olvidarte. 
Para dejarte ir de una buena vez.
Así que te deseo una buena vida...
Una buena vida sin mi.

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