Y de repente, ya no importa quién lo mire;
importa la mirada, importa ese brillo en los ojos que aparece cada vez que recuerdas algún momento, importa
el pasado que se supera, importa las hojas del otoño que se renuevan, importa la melodía de tu voz, importa la escencia y no cuanto te demoraste en tu presencia.
Porque importa más una vida de lucha, que una
vida simple, porque es mejor aún sonreír, que desperdiciar lágrimas.
Y aún más, importa
amar con el corazón y no con la mente.
Muy Bonita reflexión!!! Me hizo pensar muchooooo!!!!Justo lo que necesitaba leer.
ResponderEliminartodo de tu blog me encanta♥
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