
Porque nadie me podría quitar esas imágenes tuyas cantando hasta quedar sin voz, bailando aún después de media noche, saliendo a disfrutar de la lluvia, porque el paraguas no hacía falta, nunca. Y ahora que no estás, siento inútil el empaparme sola, porque solo lo hacíamos juntas. Entonces me he comprado un paraguas, de tu color favorito... Solo para recordarte aún más. Aunque la lluvia en sí ya me traiga tu nombre, aunque su olor me parezca que es igual al aroma que tenías cuando estabamos juntas. Y me siento aún más patética, porque no te he podido ir a ver. Porque la misma lluvia me lo ha impedido...