jueves, 11 de junio de 2015

Te guardé en mis recuerdos...


Estás en cada rincón de mi habitación, tu recuerdo inunda cada pared,
tu esencia llena por kilómetros los recónditos lugares escondidos de mi piel.
Faltan, y siempre faltarán más lugares para tenerte, para recordarte.
Pero además, faltaron tantas cosas que decirte antes de marcharte.

Y tengo toda esta loca lista en mi cabeza, que crece cada vez más,
cada vez que te pienso, cada vez que lo siento, cada vez que me lamento.
Y  se que las cosas no pueden cambiar, ni nada será diferente,
que la muerte no perdona ni cambia de parecer,
aún así me gustaría que supieras cuanto te extraño, aunque...
¿Cuántas veces el hecho de extrañarte, 
no ha cambiado la manera en la que siguen las cosas?

Y se que probablemente jamás llegue el día en que no te necesite,
ni deje de llorar cada vez que tu recuerdo pasa por mi mente.
Pero otra vez, ¿de qué sirve llorar si eso no te traerá de vuelta?
¿De qué sirve lamentarse, si eso no es más que una apuesta?

Las cosas no cambian, ni pasan, ni vuelven a como estaban.
Y las circunstancias nos obliga a entender estos cambios, 
que de momentos, nos encontremos con mas lamentos que sonrisas.
Pero no es lo único en la vida.
Porque hay momentos felices, otros tristes y otros matices que desconocemos.
Hay sonrisas escondidas, hay lágrimas perdidas, y está la muerte...
Esa que aún no entendemos.

3 comentarios:

  1. Me encanta el texto, ¡escribes hermosamente bien!

    Un abrazo!

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  2. encierra en sí misma esta prosa una carga poética increíble!!!


    abrazo

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  3. Cuando escribes,te entregas,te transparentas toda tú en tus letras..precioso.

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